Disciplinado, carismático y perseverante. Así describiría al fondista mexicano Ricardo Vargas quien tiene muy claro de dónde viene, dónde está y a dónde quiere llegar.
Platicamos de todo; desde aquél niño que no llegó a tiempo para ver la transmisión de las finales de natación de Londres 2012, hasta el día que se tatuó los aros Olímpicos después de su participación en Rio 2016.
Para Ricardo, los aros Olímpicos representan un estímulo personal de motivación que le funciona al momento de entrenar. Justo en ese punto cuando los músculos comienzan a arder, le basta con voltear a ver su bíceps y recordar que ahí tiene tatuado el sueño y la meta.
Para lograr grandes resultados, dice Ricardo, se requieren pasos constantes para conseguir cualquier cosa que nos propongamos. Un ejemplo muy claro es el tender la cama al despertar, ya que esa acción te llevará a otra y a otra, hasta lograr ordenar todo tu cuarto. Lo mismo sucede para hacer una dieta, emprender un proyecto o incluso para sacar la serie más fuerte de entrenamiento.
De esta forma, Ricardo recordó aquella serie de 10 x 100 de crol en curso largo, cada 01’05” llegando entre 59” y 01’ Serie que al principio no estaba seguro de lograr, pero la cual estuvo dispuesto a intentar y aceptar el reto. ¿El resultado? Satisfacción pura después del cansancio.
Platicar con Ricardo es motivante. Seas nadador o no, te contagia esas ganas de arriesgarte por aquello que quieres y anhelas. Cuando persigas tus sueños, debes recordar que un “no” siempre estará asegurado, ahora ve por un sí ¿Qué pasaría si lo logras? ¡Aviéntate!
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Nos leemos pronto. ☺
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