La llama olímpica de los postergados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, reprogramados para 2021, volverá a estar expuesta al público durante el próximo mes. La decisión llega meses después de la interrupción que sufrió el relevo de la antorcha, iniciado el 12 de marzo en Olimpia, Grecia.
Una vez en Japón, el fuego se había presentado para iniciar su recorrido por gran parte del territorio nacional, pero las restricciones por la pandemia de coronavirus complicaron el plan original. Cuando el 24 de marzo los Juegos finalmente quedaron suspendidos para este año, el Comité Olímpico Internacional decidió que llama permaneciera encendida como señal de esperanza, en las afueras de Fukushima.
Sin embargo, cuando pocos días después las autoridades locales declararon la emergencia nacional en varias prefecturas del país, el artefacto tuvo que resguardarse en un lugar, que por expreso pedido de la organización, siempre se mantuvo en secreto.
El fuego olímpico, históricamente emparentado con buenos augurios para la justa deportiva, sólo reapareció en un emotivo pero breve acto que tuvo lugar en el Estadio Nacional de Tokio, cuando la nadadora Rikako Ikee dio un mensaje inspirador al mundo, a un año exacto del inicio de los Juegos Olímpicos, ahora denominados Tokio 2020+1.
La novedad ahora es su regreso a la exposición pública, que se hará efectiva el próximo 1° de septiembre en el Museo Olímpico de Japón, a pocos metros del ingreso al mismo Estadio Nacional, que ya se inauguró a comienzos de 2020 pero que este domingo tuvo su primer torneo de atletismo en la flamante pista.
Según indica The Japan Times, “la llama permanecerá dentro de una linterna, y aquellos que quieran verla tendrán que reservar con anticipación el acceso al museo, limitado para 60 personas cada 30 minutos, de acuerdo a las normativas de prevención por probables contagios de coronavirus“.