En el artículo anterior hablé sobre el miedo a nadar donde cubre, teniendo como mayor causa el desconocimiento de cómo se debe flotar de pie correctamente en flotación vertical dinámica ( flotación con la cabeza fuera del agua).
Además en ese artículo ya mencioné las flotaciones verticales estáticas pero aquí voy a hablar más a fondo sobre ellas. Escasamente conocidas por la mayoría de los técnicos de natación debido a que todo el mundo enseña la flotación vertical dinámica para salvar el obstáculo de la necesidad de tener que flotar de pie cuando la situación lo requiera.
La flotación vertical estática nace de la necesidad de dar solución, dotando de un recurso alternativo, a los alumnos con miedo al agua ( también vale para todos las personas sin miedo ) asequible a sus necesidades y capacidades y que al mismo tiempo no hiciera falta aprenderlo, desde el principio, en zona profunda en su fase de iniciación. Evitando así el gran estrés, inevitable, que se produce cuando intentamos enseñar a un alumno con miedo al agua en zona profunda, zona con peligro de ahogamiento, en una posición tan comprometida como es la vertical.
La flotación en posición vertical dinámica presenta, a mi modo de ver 4 problemas principales:
1º) Dependiendo del biotipo de cada individuo hay escasa o nula flotabilidad al intentar flotar verticalmente.
2º) Gran gasto de energía o esfuerzo por mantener la posición, cuando se desconoce la técnica correcta para flotar de pie.
3º) Dificultad del aprendizaje de la flotación vertical en zona profunda. Por un lado, por la propia dificultad de la técnica, por otro lado, por el factor estresante que produce el miedo permanente a hundirse durante el ejercicio de aprendizaje.
4º) Aprendizaje abrupto. Sin periodo de transición previo que permita ir preparando al alumno a enfrentarse poco a poco, por etapas, al aprendizaje de la flotación vertical en zona profunda.
Con la flotación vertical estática básica conseguimos solventar los problemas que presenta la flotación vertical dinámica.
El primer problema es de desconocimiento por lo que se solventa fácilmente informando al alumno. El biotipo influye en la flotación pero hay más factores que influyen independientemente del perfil físico del alumno. La relajación, la respiración, la posición del cuerpo, la técnica, las condiciones del agua, etc. Este es el primer paso para que el alumno sea consciente de sus posibilidades. Superando prejuicios negativos y limitantes.
Conocer nuestras posibilidades reales, las posibilidades que ofrecen las condiciones del medio acuático en el que se esté, etc. otorgan una toma de conciencia que ayudará a la persona en cuestión a enfrentarse al medio acuático en un estado mental diferente. Más positivo, más realista, más consciente de sus capacidades y por lo tanto, más proclibe al aprendizaje. La información es poder.
Para evitar un gasto excesivo de energía, para evitar enfrentarnos al aprendizaje directamente en zona profunda y para conseguirlo desarrollar por etapas, preparando al alumno antes de someterlo a un fuerte estrés innecesario, vamos a comenzar a flotar de pie en la zona poco profunda gracias a la flotación vertical estática.
FLOTACIÓN VERTICAL ESTÁTICA BÁSICA EN ZONA POCO PROFUNDA
El ahorro de energía lo vamos a conseguir, primero, aprendiendo la vertical en la zona que no cubre. De esta manera, nos quitamos de un plumazo el estrés que siempre origina flotar de pie en los primeros inicios del aprendizaje de la flotación vertical.
No estamos hablando de aprender en una zona demasiado poco profunda. Tenemos que buscar una zona de compromiso en la que el alumno pueda hacer pie, pero al mismo tiempo cubra lo suficiente como para que cumpla dos requisitos, a saber:
1- Que haya la suficiente profundidad como para que pueda flotar relativamente bien.
2- Que esté lo suficientemente cerca de la zona profunda como para ir acostumbrándose a ella por su cercanía, pero sin estar todavía en ella.
Hablamos de una profundidad en la que el nivel del agua llegue al nivel de la garganta más o menos. El instructor indicará dónde se debe situar su alumno pero también dejaremos que el propio alumno elija su zona de confort, aunque siempre debe estar cerca o relativamente cerca de la zona profunda.
Una vez tenemos situado al alumno en la zona correcta dentro de la zona de transición, situada entre la zona poco profunda y la zona profunda, empezará a practicar la flotación vertical estática.
LA POSICIÓN DE FLOTACIÓN
Esta flotación vertical depende de la posición corporal en su conjunto y en particular de la posición de la cabeza y de los miembros superiores e inferiores para conseguir la flotabilidad suficiente como para poder respirar en un momento dado y al mismo tiempo no tocar el fondo con los pies. De manera que dé la sensación que estamos flotando de pie en la zona profunda pero con la seguridad de saber que estamos en la zona poco profunda y que podemos hacer pie en cualquier momento.
LA RESPIRACIÓN
En este tipo de flotación el control de la respiración es fundamental. La posición adoptada inicialmente debe permitir una cierta flotabilidad, pero no será suficiente sino se controla la respiración.
El control de la respiración junto con una posición corporal adecuada permitirá que podamos flotar, bajando y subiendo ( como un ascensor ) al mismo tiempo. Esto nos permitirá ahorrar bastante energía mientras flotamos de pie.
Cuando el alumno haya aprendido esta flotación irá pasando poco a poco a la zona profunda hasta que consiga hacerlo definitivamente en la zona que le cubre por completo.
Así habrá llegado a la zona profunda de forma progresiva, sin gran esfuerzo y con mucha mayor seguridad, gracias al aprendizaje de la flotación vertical estática, y no de forma abrupta, que es como se suele hacer en un curso de natación clásico.
– Cuando haya conseguido dominar esta flotación pasaremos a la flotación vertical estática avanzada y posteriormente a la flotación vertical dinámica.
De esta manera habrá llegado a la vertical dinámica con mucha más garantía de seguridad y sin el estrés ocasionado por el miedo a hundirse.
No sólo eso, sino que además podremos combinar los tres tipos de flotaciones verticales en función de las circunstancias de cada momento con la consiguiente seguridad, en uno mismo, que da conocer varios maneras de flotar de pie en cualquier zona en la que nos encontremos.