La FINA hizo oficial el aplazamiento del Campeonato del mundo 2022 el martes por la mañana, anunciando que la competición se retrasaba de mayo de 2022 a julio de 2023 en Fukuoka, Japón. Anteriormente, el miembro de la FINA Vladmir Salnikov, ya había anunciado que el mundial se iba a posponer.
El aplazamiento era sin duda algo que la FINA quería evitar a toda costa, en caso de ser posible. Pero dadas las circunstancias, el organismo internacional de los deportes acuáticos se ha visto acorralado.
Por un lado, la FINA se había comprometido a celebrar el Campeonato mundial de 2021 en Fukuoka, y prácticamente lo había asegurado al firmar los contratos en enero de 2016. Esto no había cambiado cuando el evento se pospuso hasta 2022 debido al retraso de los Juegos Olímpicos, y fue esencialmente un acuerdo del que la FINA no podía salirse a pesar de que Japón solicitó implementar restricciones casi imposibles de cumplir para que las cosas se desarrollaran según lo programado este año.
Una de las restricciones solicitadas era que todos los asistentes se sometieran a una cuarentena de 14 días a su llegada, sin acceso a las instalaciones. Esto no sería posible, ya que no es razonable esperar que los atletas rindan al máximo de su capacidad después de no haber tenido acceso a los entrenamientos durante dos semanas.
Como resultado, debido a la naturaleza del contrato que se firmó y a las restricciones impuestas en Japón, la FINA se vio obligada a posponer el evento hasta julio de 2023.
El espacio temporal entre los dos Campeonatos del mundo será ahora el doble de lo habitual, ya que habrá una pausa de cuatro años (de 2019 a 2023) en comparación con el calendario bienal tradicional.
Para poder intercalar dos mundiales entre los Juegos Olímpicos de Tokio y París, la FINA celebrará en enero de 2024 en Doha (Qatar) el mundial programado anteriormente para noviembre de 2023. Este ocurrirá sólo seis meses después del anterior Campeonato del mundo y seis meses antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de 2024.
RESTRICCIONES DE VIAJE & CASOS DE COVID
Actualmente, el gobierno japonés tiene una larga lista de naciones desde los cuales se prohíbe la entrada en el país, entre los que se encuentran Estados Unidos y básicamente todas las demás naciones de alto nivel en natación excepto Australia y China.
La Organización mundial de la salud (OMS) ha afirmado recientemente que las prohibiciones de viaje no son eficaces para suprimir la propagación del COVID-19 entre países y ha pedido que se levanten.
Japón sigue registrando números récord de infecciones de COVID-19, provocadas por la variante Omicron, y el lunes pasado registró más de 85.000 nuevos casos, que es su nivel más alto de toda la pandemia. Esto supone unos 67 casos/100.000 residentes, lo que sigue siendo uno de los niveles más bajos entre las naciones desarrolladas del mundo.