La nadadora argentina Julia Sebastian, clasificada a los próximos Juegos Olímpicos, retomó los entrenamientos en el Minas Tenis Club, después de 5 meses en los que la institución se mantuvo cerrada por la pandemia de coronavirus.
Este lunes, el club de Belo Horizonte reabrió las puertas de su sede principal, donde se encuentran las piscinas que utiliza uno de los planteles más numerosos de la natación brasileña. Por esta entidad pasaron leyendas locales como Cesar Cielo, Thiago Pereira y Joanna Maranhao, entre otros.
Julia Sebastian se sumó al Minas Tenis Club el año pasado, tras siete temporadas compitiendo para Unisanta. Su mudanza desde San Pablo para seguir estudiando en Belo Horizonte tuvo un estreno ideal a nivel competitivo, con victoria en los 200 pecho y récord sudamericano de 2:24.92, en un inolvidable Trofeo Brasil 2019.
Pocos meses después, la santafesina de 26 años volvería a batir un récord continental, esta vez en los 100 pecho, con su registro de 1:06.98 en la clasificación de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde terminaría subiéndose a tres podios, además de asegurarse su lugar en Tokio 2020.
Con sus dos récords sudamericanos vigentes, Julia Sebastian aspiraba a continuar su evolución en este 2020. Sin embargo, la pandemia irrumpió con fuerza pocos días antes del Campeonato Sudamericano de Buenos Aires, finalmente suspendido. Y también se quedó con las ganas de competir en abril en el Trofeo María Lenk, este año denominado “Selectiva Olímpica”, que se presentaba con 7 nadadoras argentinas distribuidas en cinco clubes diferentes, entre ellas, Delfina Pignatiello, también clasificada a Tokio 2020.
En los últimos días, la Confederación Brasileña de Deportes Acuáticos (CBDA) anunció el regreso a la competición local con algunos torneos regionales en noviembre y, fundamentalmente, la reprogramación del Trofeo Brasil, con sede en el club Vasco da Gama de Río de Janeiro, del 9 al 12 de diciembre.
En la Argentina, mientras tanto, el seleccionado nacional recién completó su regreso a la piscina diez días atrás, cuando Agustín Hernández logró encontrar una pileta disponible en Neuquén, su lugar de residencia, en el sur del país, aunque su entrenamiento, por el momento, sigue siendo limitado en tiempo y solventado económicamente por el propio atleta.
Además de Sebastian y Pignatiello, el otro nadador argentino clasificado a los próximos Juegos Olímpicos es Santiago Grassi, en 100 mariposa. Estudiante y representante de la Universidad de Auburn, en los Estados Unidos, también sufrió los primeros meses fuera del agua, y luego contrajo el virus de COVID-19, situación ya superada hace un mes.