Finalmente, la italiana Federica Pellegrini presentó ante la prensa “Oro”, su autobiografía, y dio detalles de su vida privada.
“Es un recorrido que por primera vez revela el vínculo entre lo estrictamente deportivo y mi vida personal”, resumió Federica Pellegrini, estrella de la natación italiana, al presentar en sociedad “Oro”, su libro autobiográfico.
Mucho se habló mientras aún competía de la vida privada, sobre todo de sus relaciones sentimentales, de Pellegrini, casada a mediados del año pasado con Matteo Giunta.
“La Divina”, como alguna vez la bautizaron, anticipó que su libro “cuenta la historia que nadie conoce” porque, explicó, “mucho se dijo a nivel deportivo, pero poco o nada se sabía del resto o se manipuló”, aseguró, según repasa la agencia italiana ANSA.
“Algunas cosas han sido dolorosas de contar, pero estoy feliz de haberlo hecho”, completó apuntando quizás al momento de tensión cuando su colega y pareja Luca Marin descubrió que lo engañaba con el también nadador italiano Filippo Magnini en pleno Mundial de Shanghai en 2011.
Pellegrini, cabe recordar, fue campeona olímpica en Beijing 2008 en los 200 libre (había sido medalla plateada en Atenas 2004) y seis veces campeona mundial en los 200 y 400 libre. Hoy, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 2021.
El libro fue escrito por Elena Stancanelli y Pellegrini no sólo se concentra en sus aventuras amorosas o en sus éxitos deportivos, sino que cuenta momentos personales difíciles, como cuando debió combatir con la bulimia.
También recuerda que algunos medios la maltrataron porque lloró al lograr una medalla de plata en un Mundial en lugar de ponerse contenta. “Tenía apenas 17 años y no me tuvieron piedad”, destacó de aquellos tiempos en los que también fue modelo para un servicio fotográfico de “Sport Week” y la “vendieron” como una mujer fatal pese a que “todavía era menor de edad”, un hecho “violento, humillante y completamente fuera de lugar”, según su libro.
En lo deportivo, Pellegrini apuntó también a su llegada a la selección nacional: “Entonces decían que las mujeres competíamos sólo para darle una pausa a las competencias de los hombres.cComo mujer, me siento orgullosa de haber sido parte de un movimiento que cambió las cosas y se hizo escuchar”.
La tapa del libro la muestra de espaldas, “una zona de mi cuerpo que siempre me generó fobia, que simbolizó mi crecimiento profesional, que soportó el peso de tantas cosas y que hoy me identifica porque, en definitiva, la gente la conoce mejor que yo misma”, completa.